Nuestros orígenes están llenos de pequeñas historias que han marcado lo que somos en nuestros más de 50 años de vida. En una Granada muy diferente a la que ahora disfrutamos llegó un señor buscando una vivienda para ese mismo día, y el abuelo Cañavate, en pleno Albayzín, sobre la marcha le hizo el contrato y entregó las llaves. Pagó al contado, con muy buena presencia y sobre todo con una educación y saber estar exquisita. Al cabo de los días se presentó la Policía en el despacho con fotografías preguntando por ese señor. Al cabo de los días descubrieron que ese personaje era EL LUTE, y lo estaban buscando en Granada. La historia es cuestión de supervivencia. Si no tuviéramos pasado, estaríamos desprovistos de la impresión que define a nuestro ser. La confianza solo puede trabajarse poco a poco. Al igual que nuestro amor por Granada. Sentirnos parte de su historia y de sus anécdotas es algo que nos hace sentir orgullosos, que nos hace avanzar cada día. ¿Te acompañamos?