Un ascensor con historia

En un lugar conocido como Rabad al-Rasif no había mucho. En un lugar de paso para entrar en Granada se edificó, a extramuros de la ciudad, entre los años 1553 y 1559 la iglesia de San Ildefonso. En un lugar por donde Fray Leopoldo caminaba encontramos el Camino Real de Cartuja, en las proximidades del Arco de Elvira, del antiguo Convento de la Merced y de los Jardines del Triunfo. En un lugar lleno de comercios, familias y buen ambiente se fue dibujando el barrio de Cartuja.

Hoy nos encontramos ante un barrio con todas las comodidades y lleno de sabor. Este barrio tiene en Ancha de Capuchinos su calle principal. Un lugar con tiendas, supermercados… Un lugar con sabor a barrio pero a cinco minutos de la Gran Vía. Pues en esta misma calle se encuentra una de las comunidades que gestionamos. El edificio era el único sin ascensor en toda Ancha de Capuchinos y entre sus vecinos uno con problemas de movilidad. En Administración de Fincas Cañavate llevamos más de 50 años encargándonos de gestionar, a petición de los propietarios, o por decisión de una junta de propietarios, los asuntos financieros, legales y técnicos necesarios para el mantenimiento y gestión de las mismas. Nuestra historia empieza en una pequeña mesa de Granada donde Santiago Cañavate Curiel siempre acompañado de su Olivetti Lettera 32 ayudaba a muchos granadinos a tener un hogar. No siempre podemos hacer grandes cosas, pero sí podemos hacer cosas pequeñas que mejoren la vida de las personas que viven en las comunidades. Así empezamos y con esa pasión lo seguimos haciendo. Desde la Semana pasada Ancha de Capuchinos ya no tiene un edificio sin ascensor y desde la semana pasada hemos derribado las barreras arquitectónicas que impedían un acceso sencillo a los vecinos