El auge de los alquileres turísticos en comunidades residenciales no solo ha transformado el modelo de ciudad, sino también la convivencia entre vecinos. En zonas como Sevilla, Málaga o Cádiz, el fenómeno ha crecido sin freno, dejando a las comunidades atrapadas entre maletas, ruidos y una continua rotación de inquilinos desconocidos.

«Puertas que no paran de abrirse, vecinos que ya no se saludan… los alquileres turísticos están rompiendo la vida comunitaria.»
Desde Administración de Fincas Cañavate alertamos: este crecimiento descontrolado puede desestabilizar la vida de cualquier comunidad. La buena noticia es que la ley está de tu lado. Según el artículo 17.12 de la Ley de Propiedad Horizontal (LPH), las comunidades pueden limitar o condicionar el uso turístico de viviendas si se aprueba por una mayoría cualificada en junta.
Esto implica que, si tu comunidad está sufriendo las consecuencias del turismo masificado, podéis actuar. Desde nuestra oficina asesoramos a los presidentes y administradores sobre cómo modificar los estatutos y tramitar el acuerdo comunitario con todas las garantías legales.
Además, alertamos sobre los riesgos de no actuar: pérdida de valor del inmueble, deterioro de las instalaciones comunes, inseguridad e incluso sanciones municipales si no se adaptan las condiciones del edificio al uso turístico.
En Cañavate creemos que la convivencia y la seguridad están por encima del negocio. Por eso, estamos al lado de cada comunidad, ayudándola a recuperar el control y la tranquilidad.
Si detectas que los alquileres turísticos en comunidades residenciales están afectando a tu edificio, ¡es el momento de tomar decisiones firmes!